La Escuela de Psicología Transpersonal-Integral brinda diversas opciones de cursos, con variados niveles de exigencia académica y requisitos de admisión, lo que la convierte en un espacio de encuentro y enriquecimiento mutuo para personas provenientes de diversas profesiones e incluso para público en general.
Estos testimonios de alumnos y alumnas de diversos países, profesiones y edades muestran la riqueza intrínseca en esta integración.
«Quienes nos hemos formado en ciencias exactas (ingeniería u otras), y quienes hemos desempeñado tareas como ejecutivos, con frecuencia no entendemos o miramos en menos cuando nos hablan de temas asociados con las emociones, con la espiritualidad o con temas que tienen que ver con la psiquis, aunque en la última época temas como la Inteligencia Emocional nos han hecho ver que en las organizaciones hay bastante más que procesos, sistemas y números. Mi encuentro con Daniel Taroppio me sirvió muchísimo, como lo he dicho, para “botar los cayos del Alma”. Tres años trabajando conmigo en un ambiente cuidado y con compañeros de ruta que desean crecer como personas, es una de las experiencias más valiosas que me ha tocado vivir. Agradezco a Daniel y a todos mis compañeros el haber podido mirarme en profundidad en tantos ejercicios, proceso que definitivamente hace que hoy me sienta más humano y más integral.» – Alberto Salinas N, Ingeniero, Empresario, Chile.
«La Escuela para mí fue durante el tiempo de formación y sigue siendo la Escuela de los Misterios develados, la matriz en la que pude encontrar profundas revelaciones de mi ser interior que me ayudaron y me siguen ayudando a recorrer los claros-oscuros de la vida con una perspectiva de vida más centrada, más armónica y más de acuerdo con mi ser total.» – Hilda Lucía Díaz Gonzales, Dra. en Sociología, Bogotá, Colombia.
«Intentando resumir uno de los aspectos esenciales de mi paso por la escuela, podría decir que el trabajo personal en los talleres vivenciales me desafió a límites que no conocía, que no me resultó fácil ni placentero en muchas oportunidades, pero que permitió la generación de una nueva relación conmigo misma y con los otros. La guía seria, rigurosa y comprometida de Daniel Taroppio y quienes lo apoyan, hizo posible que me atreviera a enfrentar el miedo y lo desconocido, todo lo cual me ha llevado a caminar por nuevos territorios que me han acercado a lo que mi alma busca. Me siento privilegiada de poder hoy a os 52 años, más despierta y consciente, comenzar a desarrollar las muchas semillas que plantó en mi la Escuela.» – Kitty Moya, Psicóloga, Santiago, Chile.
«Mi proceso de formación como terapeuta – que es una parte esencial de mi proceso de formación como persona – me ha llevado a recorrer numerosos y variados caminos. Después de muchos años encuentro en esta Escuela un espacio de síntesis invalorable. Mi experiencia de este año ha sido sumamente intensa y rica. Encontré un equipo de trabajo que merece mi admiración y mi respeto, y compañeros de ruta que se abren honesta y profundamente a esta aventura de ser, aprender y acompañarse. Todos danzamos juntos en esta tarea que nos une para transitar nuestra luz, nuestra sombra, lo que somos en realidad y lo que todavía podemos ser. Siempre creí que aquello que nos enseña como terapeutas, debe nutrirnos como personas. Y este encuentro con lo más profundamente humano, con lo primordial, me enriquece – justamente – como terapeuta y como persona. Agradezco esta posibilidad.» – Silvia J. Lerner; Psicóloga, Buenos Aires, Argentina
«De mi vivencia en la Escuela emergió la niña pequeña, y la mujer grande que se tomó a cargo a sí misma, comprendiendo que había que acunarse y nutrirse. El camino recorrido me permitió el retorno al gozo sin culpa, al juego, a vivir con el corazón presente, a sentirme colmada de sentido, a vivir a través de mi cuerpo, la esencia de la libertad.» – Catalina Oleas, Profesora de niños, Kansas City, USA.
«En Facultad me enseñaron que cuando voy a decidir una inversión tengo que tener claro que cuanto mayor riesgo hay, mayor es la rentabilidad que puedo esperar. Cuando comencé la Escuela, sentí que el riesgo era grande: riesgo de comprometerme, riesgo de mostrarme, riesgo de «creer»… y los expertos en Finanzas tienen razón: la ganancia fue muy grande. Gané en confianza, en crecimiento, en claridad, en compromiso, en amor.
Toda inversión permite abrir otros caminos, otras posibilidades y eso también quedó claro en estos tres años de Escuela: me abrió a otras dimensiones que me permiten interactuar con mis compañeros, mis amigos, mi familia de una forma más amorosa y esto me sigue dando buenos retornos, sigo retroalimentando mi bien-estar. Hubo momentos muy duros, encuentros con mi ser menos «presentable», pero sabía que al final, estaba el encuentro amoroso y sostenedor que me merecía.
Este es mi testimonio, el más sincero que puedo hacer. Pero no me crean, experimenten. Gracias.» – Ma. Gabriela Parula, Contadora, Montevideo, Uruguay.
«Es un espacio de aprendizaje sanador, amoroso e integrador, donde la experiencia individual y grupal tiene una dimensión sagrada, logrando incorporar realmente el cuerpo, el conocimiento y una teoría extraordinaria, transpersonal, donde el cambio espiritual, mental y corporal calzan maravillosamente.» – Cristina Heredia, Coach, Consultora en Desarrollo Organizacional, Santiago, Chile.
«Participar de tres Intensivos de verano en la Escuela de Psicología Transpersonal, ha sido una experiencia transformadora de mi Ser, una evolución, un regalo para el alma, un reconocer a otros y otras en el camino (…) he vivido momentos de dolor y alegría suprema para quitar corazas y renacer integral y trascendentemente con conciencia (…) lo que me ha permitido moverme por el mundo de forma diferente, tomar decisiones, ser feliz, completamente feliz. La escuela cuenta con un sustento teórico y experiencial fuerte que legitima su potencial… es una posibilidad abierta para todo-as quienes se preguntan por la existencia y buscan una transformación…, es un compromiso con la humanidad, es el universo con su potencia en nosotros/as.» – Margarita Rosa Bravo, Educadora y Bailarina, Colombia.
«El intensivo de Mendoza brinda la posibilidad de estar inmerso en un proceso personal profundo donde la experiencia se potencia gracias a la interacción con el otro, los otros. Sin duda, un viaje hacia nuestras historias del pasado para sanar y liberar lo pendiente en el presente. Aprovechando a la vez, la inmensa posibilidad de resignificar y crear en el momento presente, un futuro con una historia más completa de nosotros mismos.» – María Clara González (La chiquis), Profesora de Danza Primal.
«Mi experiencia en la escuela ha sido de un despertar interno, descubrir mi energía interior, el darme cuenta de mis potencialidades. El relacionarme con los demás, la apertura, el descubrir que puedo entregar mucho y recibir mucho. Me siento feliz y entusiasmada en este camino de descubrimiento interior, es maravilloso.» – Angélica Jonquera, dueña de casa.
«Una experiencia transformadora, que realmente impulsa el desarrollo de la conciencia y te muestra mundos impensados. Te muestra el camino para contactarse con el ser profundo, sin imprimir sellos religiosos, ni paradigmas absolutos, en la libertad que finalmente te hace más responsable contigo y con las personas con quienes trabajas, amas y quieres. Un vuelo hacia la libertad y la felicidad.» – Paola Ortega, periodista.
«El año pasado fue mi prime año en la escuela. Conservo en mi muchas “impresiones”, trazos y huellas de aquellos días, de aquellos compañeros, de esos encuentros, de la montaña, y la intensa convivencia. Algunas llegaron por medio de la mente, otras a través del cuerpo, pero siempre con la confianza y la vivencia certera, de que el espíritu, hablaba… pensaba… danzaba… meditaba… en y por nosotros. La parte y el todo, el todo y la parte se tocan, se diluyen y se apartan y crean. Así siento los lazos que se generan en la escuela: un compañero de la otra parte del continente me deja un obsequio en un hotel cuando alguien viaja a Bs. As, otro tiene una cama preparada en casa cuando llega cansado de viajar… las fronteras se disuelven y los proyectos nacen. Todo eso ES para mí la Escuela.» – Giselle Porte, Psicóloga, Buenos Aires, Argentina.
«Este camino ha significado para mi consolidar y madurar muchas experiencias que estaban en el trasfondo. Junto a esto, este camino me ha permitido confiar más en mí, ser en mayor grado auténtico y poder realizar o llevar acciones adelante con menos temor. He aprendido a ver al mundo con más respeto y optimismo. Para las personas que estamos en búsqueda de descubrir o descubrirnos a nosotros mismos, es una experiencia sutil y emocionante, que va dejando rastros de felicidad imborrables.» – Oscar Veillon, Ingeniero, Coach. Santiago, Chile.
«Mi camino por la Escuela de Psicología Transpersonal-Integral significó el re-encuentro con mi Ser interior. A través de cada taller fui potenciando a confianza, capacidad de gozo, creatividad, afectividad, emotividad, la intuición y trascendencia, logrando un mejor manejo de las relaciones humanas en general y en mi entorno directo. En la Escuela aprendí a mirar el mundo con otros ojos y a vivir más plenamente… «- Federica Abella, Lic. en Administración de Empresas – Directora Outdoors Experiential Learning. Montevideo, Uruguay
«Mi experiencia la puedo traducir como la continuación de un viaje que inicié hace un tiempo, para reencontrarme, volver a mi origen y desde ahí poder servir a los demás, desde un lugar más humilde.» – Claudio Soto, Profesor.
«La escuela te abre un espacio sagrado para encontrarte contigo mismo, con lo más profundo de tu ser, sanar tus heridas, potenciar toda tu plenitud al expandir eso a los demás. También es un maravilloso espacio con los otros para reconocerlos, sentirlos, compartir su esencia y aprender lo valioso del amor humano.» – Eduardo González, Ingeniero en Informática.
«Reconocer y experimentar mis emociones y mi sentido de trascendencia me ha ayudado a ser mejor persona y mejor ejecutivo en mi empresa. A partir de ello, participo concientemente a construir un mejor lugar para trabajar y para vivir.» – Orlando Morales, empresario, Santiago. Chile.