Tomamos la palabra Danza como una metáfora del dinamismo de la vida. De ese baile que nos lleva a desarrollarnos y crecer, a tomar mayor conciencia de nosotrxs mismxs.
Y es a través de la Danza Primal como nos encontramos, como nos desbloqueamos, liberando nuestros movimientos originales, aquellos que hemos perdido en nuestro procesos de socialización, de esta forma recuperamos nuestra frescura, nuestra espontaneidad, nuestra expresividad y con ello nuestra alegría vital. Y desde aquí podemos acercarnos y encontrarnos con otros.
A través de ejercicios de liberación, creatividad, catarsis y expresividad se activan memorias que desbloquean estancamientos energéticos en los niveles físico, emocional, afectivo, mental y espiritual. De este modo se despliegan espontáneamente cualidades y potencialidades inexploradas con las que contamos todos los seres humanos.